En la mayoría de las ocasiones, los jugadores novatos confían en la suerte para guiar sus experiencias en el casino. Sin embargo, las salas de juego y las páginas de casino por internet pueden convertirse en sitios en los que perder el dinero fácilmente si vamos con una actitud tan simplista.
No cabe duda que el azar es el aspecto más relevante cuando jugamos a la mayoría de juegos de casino, pero nunca debemos desechar el conocimiento como la principal herramienta para incrementar nuestras probabilidades de ganar.
El término suerte o azar puede describir muchas situaciones, especialmente aquellas relacionadas con el juego. Podemos ganar grandes premios en las máquinas tragaperras sin apenas saber cómo lo hicimos e incluso conseguir varias manos ganadoras de forma consecutivas en el blackjack sin tener experiencia en el juego.
La suerte tiene un gran peso, pero para tener una perspectiva realista de tus posibilidades de ganar jugando en el casino, necesitas analizar el azar en términos racionales y matemáticos: como una desviación temporal de la norma, como aquello que es más probable que suceda.
A corto plazo, es posible que pienses que la suerte te acompañó durante mucho tiempo cuando conseguiste varias manos ganadoras consecutivas jugando al blackjack, pero en realidad, tal evento es simplemente una fluctuación de la norma, que es lo opuesto.
En relación con todo lo anterior, la probabilidad es otro aspecto que juega un papel decisivo en el casino, puesto que arroja datos objetivos, algo imposible de encontrar cuando hablamos de la suerte. La probabilidad se considera el estudio de las leyes del azar y la identificación de la frecuencia con la que se pueden esperar que ciertos eventos sucedan. Es decir, expresa el número de veces que algo no sucederá junto al número de veces que sucederá.
Por lo tanto, una comprensión elemental de la probabilidad es ciertamente útil para tomar decisiones de juego acertadas. Así pues, más allá del papel principal que la suerte posee en los juegos de casino, nunca dejes de tener en cuenta el gran peso que tiene la probabilidad.
La ventaja de la casa
Por otra parte, debemos tener en cuenta que los casinos no existen por pura diversión, sino que como cualquier otro negocio han sido creados para ganar dinero. Y como todas las empresas, siguen modelos de negocios estables. Con la comprensión de las probabilidades en los juegos, estos casinos se aseguran que siempre tienen mayores probabilidades de ganar.
Por lo tanto, de inicio, nunca será posible que obtengas unas probabilidades de ganar mayores que la del propio casino. Esto si podría cambiar durante el desarrollo del juego. Sin embargo, si podrás conocer las probabilidades que tienes de ganar en cada uno de los juegos disponibles, lo que te permitirá seleccionar el juego o la apuesta más conveniente para tus intereses.
Por ejemplo: es un hecho objetivo que la ruleta europea ofrece mayores probabilidades de ganar que la ruleta americana debido al doble cero de esta última. También es un hecho comprobable que las probabilidades de ganar a la ruleta seleccionando una apuesta externa (rojo/negro, par/impar o alta/baja) que cualquier otra.
A esto se le conoce como la ventaja de la casa o ventaja del casino y no es ni más ni menos que el porcentaje de beneficio que el casino espera ganar de todas las apuestas. De este modo, el casino posee una ventaja diferente en cada juego e incluso diferentes apuestas en un mismo juego arrojan una ventaja de la casa diferente.
Las comisiones de los casinos
En algunos juegos, los casinos cobrarán a los jugadores una comisión, que habitualmente es un porcentaje de las ganancias obtenidas. Este cobro pretende cubrir los gastos que cualquier casino físico o por internet tiene. Un ejemplo de ello es el baccarat, juego en el que cualquier apuesta ganadora en la mano de la banca se paga con una cuota de 1 a 1 menos un 5 % de comisión, lo que popularmente se conoce como vigorish.
Por último, existen otros juegos en los que el casino no competirá directamente contra los usuarios, sino que este cobrará una comisión a los jugadores cuando obtengan ganancias. Un ejemplo de ello puede ser el póker, donde el casino cobra un pequeño porcentaje del dinero que apuestan los jugadores en cada mano, independientemente de la mano o el usuario ganador.