La ciudad andaluza contará con el sexto salón de juegos de la región, lo que va a suponer una inyección económica para la zona con la creación de unos 200 puestos de empleo directos, otros tantos indirectos y un atractivo más para el turismo nazarí.
Granada contará con un Casino de juegos según han podido confirmar medios locales tras la reunión mantenida entre María Jesús Montero, Consejera de Hacienda y Administración de la Junta de Andalucía y Sandra García, Delegada del Gobierno en esta provincia española.
El municipio del sur del país lleva ya varios años intentando conseguir el permiso del Gobierno regional para que se establezca un Casino de juegos dentro de los límites de la provincia. De hecho, empresarios locales ya propusieron diferentes opciones en términos de ubicación e infraestructura para el proyecto que, finalmente, no pudo llevarse a cabo.
Los Casinos en Andalucía
Uno de los principales argumentos para dar el visto bueno, en esta ocasión, a la creación de este tipo de establecimiento de apuestas, es el excelente funcionamiento de los otros cinco Casinos que operan en Andalucía y en el resto de España.
Las instalaciones gambling de Benalmádena, Marbella, Puerto de Santa María, San Roque y Tomares movilizaron alrededor de ciento noventa millones de euros en 2.016, y generaron más de 350 mil visitas de potenciales clientes. A esto hay que sumar que dichos centros generaron unos ocho mil puestos de empleo para los habitantes de la región y añadieron un servicio más a la oferta turística de dichas ciudades.
Las condiciones para el nuevo casino de Granada
La Consejera indicó que la Junta de Andalucía es el órgano competente en la concesión de licencias para nuevos Casinos, juegos de azar y apuestas en la Comunidad Autónoma, por lo que serán ellos los encargados de exigir las condiciones a las firmas interesadas. Este aspecto resulta de vital importancia, ya que las licencias para operar este tipo de establecimientos se establecen por una duración de quince años.
María Jesús Montero y Sandra García, en un momento del encuentro (Foto: Junta de Andalucía)
En este sentido, el Gobierno Regional se centrará en Sociedades Anónimas con un capital social mínimo de dos millones y medio de euros, tener único objetivo de negocio la explotación de Casinos de juego y tener la capacidad económica de depositar una fianza en la Consejería de Hacienda. A esto habría que sumar la total solvencia de los inversionistas y promotores y la capacidad para crear un proyecto con un impacto turístico en la zona.
Con respecto a la fase de presentación de los proyectos por parte de las empresas interesadas, una vez publicada en el BOJA, se abriría un plazo de tres meses para que dichas entidades puedan mostrar sus propósitos. Se prevé que dicho concurso se iniciaría en las primeras dos semanas del próximo mes.
El inmueble deberá ubicarse en la capital granadina o no encontrarse a más de treinta kilómetros de la ciudad, distancia máxima para desplazamientos de cierta comodidad. Por otro lado, las instalaciones deberán tener una capacidad mínima de quinientas personas, estar construidas en una superficie de al menos 750 m² y tendrá que contar además con servicios de restauración.
¿Será positivo el casino de Granada?
El grupo político integrado en Podemos, Vamos Granada, ya ha mostrado su total disconformidad ante la creación de la nueva sala de apuestas en la ciudad debido a su carácter especulativo. Así lo exponen las palabras de la portavoz, Marta Gutiérrez, que asegura lo siguiente:
La presentación del proyecto se olvida de una regla obligatoria de la economía, valorar las externalidades negativas de este negocio.
Gutiérrez ha sostenido que su grupo, al estar de acuerdo con otro modelo de ciudad, con un tipo de turismo saludable basado en la cultura, el deporte y el ocio de calidad, no puede aceptar la creación de este tipo de negocio de apuestas. Para Vamos Granada, la construcción de estas salas de juego no hacen otra cosas más que crear dudas, ya utiliza falsas premisas de interés económico y turístico para la ciudadanía cuando el trasfondo oculta el mero interés financiero para el Gobierno y las empresas privadas.
