La transgresora compañía integral austriaca de juegos de azar Novomatic ha realizado la compra del Gran Casino Aljarafe, ubicado en la provincia andaluza de Sevilla, concretamente en la localidad de Tomares.
No es la primera vez que la multinacional centroeuropea pone su mirada en el sur de España, pues en 2015 los empresarios austriacos ya se hicieron el Casino de San Roque en Cádiz, efectuando una inversión de más de veinte millones de euros para renovar todas las instalaciones y crear otras nuevas, como un hotel.
Uno de los atractivos de la adquisición del Gran Casino Aljarafe por parte de la empresa fundada por Johann F. Graf en 1980, es que es el único centro que opera en la capital andaluza, por lo que existe una gran cantidad de clientes potenciales en toda la zona.
Ubicado a escasos cinco minutos del centro de Tomares, este casino español cuenta con una amplia oferta en restauración: cuatro restaurantes, entre los que se encuentra el japonés Kaori, totalmente circular y con unas espectaculares vistas de la ciudad de Sevilla. Además, posee una sala de fiestas y una gran variedad de eventos relacionados con el mundo de la cultura y la diversión. Puntos extra que suman valor al complejo sevillano.
El director de Novomatic Gaming en España, Bernhard Teuchmann, ha indicado que la adquisición del casino por parte de la compañía no se centra únicamente en la búsqueda de beneficios particulares, sino en la creación de nuevos puestos de trabajo en la zona, inversiones que repercutan en el bienestar de la comunidad y el uso de recursos locales. Todo esto, con el objetivo principal de la mejora de la economía regional. Así lo dejó entrever el gerente con sus declaraciones:
La satisfacción del cliente es nuestra mayor prioridad. El Grupo Novomatic apuesta por usar recursos locales en sus inversiones. Algunos de nuestros objetivos son fomentar el empleo local y que las inversiones repercutan en la zona.
Por último, hay que señalar que Novomatic seguirá desarrollando en este nuevo sus acciones para la prevención de la ludopatía y el control de acceso a sus instalaciones, lo que garantiza la máxima protección a los menores de edad y jugadores con problemas de adicción.