Antes de que el político se convirtiera en gobernador de Nueva Jersey, los Casinos Trump debían al estado US$30 millones. Tras hacerse con el cargo, los centros de juego del multimillonario pagaron al fisco únicamente US$5 millones.
La relación entre el magnate de Queens y el político de Newark comenzó hace casi 15 años, allá por el año 2002. Trump y Christie se conocieron cuando el segundo era procurador de Estados Unidos para el estado de Nueva Jersey. Fue Maryanne, la hermana de Donald Trump, que por entonces ejercía como jueza federal y conocía a Christie, la que posibilitó que los dos hombres estrecharan sus manos. Desde ese día: invitaciones cruzadas a diferentes eventos relacionados con ambas personalidades, cenas dobles con sus respectivas esposas, donaciones del magnate a asociaciones relacionadas con Christie, como la Fundación Drumthwacket, etc.
Justo antes de que Christie asumiera su cargo como gobernador de Nueva Jersey, los Casinos de Donald Trump debían al estado una cantidad acumulada próxima a los US$30 millones. Las autoridades gubernamentales estatales llevaban ya un largo tiempo batallando contra los recursos legales del magnate para cobrar los impuestos que estos negocios de Trump debían. Desde la abogacía del estado, se señalaban los casos de quiebra de dos de los casinos del multimillonario y la falsificación de los documentos relacionados con el pago de impuestos. Aspectos que pintaban muy mal para el futuro de las salas de Casino de Trump.
La situación tornó radicalmente un año después del ascenso de Christie al poder como gobernador del estado de Nueva Jersey. Desde el estado se aceptaron tratos extrajudiciales propuestos por los abogados de Trump que previamente hubieran sido rechazadas. El montante al que ascendió el total del pago fue sólo de US5$ millones, por los US$30 millones que el estado aseguraba que se debía. Una cantidad ridícula. Esto levantó tremendas sospechas del trato de favor de Christie con el caso de su amigo Trump. Hay veces que, para ahorrar costes fiscales, se llega a un acuerdo económico cercano a lo que se pide, pero este no fue el caso.
Esto, sumado a la negativa de Trump de mostrar sus declaraciones fiscales y los comentarios de reputados profesionales del mundo del derecho que se muestran sorprendidos ante el desenlace del proceso, ponen en entredicho la conclusión del litigio.